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El lago Victoria, en África Oriental, con unos 16.000 años de antigüedad, ha sido un entorno ideal para la diversidad evolutiva de cerca de medio millar de especies de peces cíclidos. Curiosamente, esta diversidad se debe en gran medida a la hibridación.
Un nuevo estudio afirma que varios centenares de los peces actuales descienden de sólo tres líneas de sus antepasados, que llegaron al embalse hace unos 16 milenios, cuando el agua llenó el lago tras una sequía.
Los científicos creen que el agua turbia, que impedía a los cíclidos distinguir las diferencias de color entre ellos, contribuyó a la hibridación.