Los científicos han descubierto que el estereotipo de los gatos como criaturas frías, distantes e incluso malvadas se ha formado bajo la influencia del cine y la animación. De hecho, en estas formas artísticas los gatos se representan más a menudo como criaturas conspiradoras o sin escrúpulos, mientras que los perros son héroes.
Expertos en marketing digital analizaron 50 gatos famosos de películas, dibujos animados, series de televisión y programas. El 64{485bdb45f00d7a13cef5e6b21cc1beea07dba2484e8c08f4a63e74e51c3561a2} de estos animales tienen papeles negativos. Entre ellos están Lucifer, el gato de la película de los años 50 Cenicienta, la Sra. Norris de la serie Harry Potter, el Gato de Cheshire de Alicia en el País de las Maravillas e incluso el gato calvo en el regazo del Dr. Maligno en Austin Powers. Podemos añadir a Tom persiguiendo al ratón Jerry, al gato Silvestre cazando al pájaro Piolín y a la señora Whiskerson, la gata esfinge de la comedia Friends.
Según el estudio, los gatos persas y siameses son los que la gente percibe de forma más negativa. Casi la mitad de los gatos «negativos» son de color negro o gris.
Según Jeremy Campbell, Director de la London Cat Clinic, es más fácil poner una etiqueta negativa a un gato por su naturaleza independiente y sus motivos de comportamiento, a menudo poco claros. Los gatos rara vez muestran emociones vivas, por lo que las personas desconsideradas los perciben como poco amistosos.
Además, el gato sisea y ataca al perro si éste se acerca demasiado. Esto ya crea la impresión engañosa de que el gato está enfadado y el perro es amistoso. En realidad, sin embargo, el primero sólo advierte al segundo de que no quiere tratar con él. Si el perro tonto ignora un mensaje tan simple, la agresividad del gato no hace más que aumentar.